Dios lo sabe todo de ti, eso es bueno o malo

Día 187, Lectura de la Biblia en un año, Salmo 138-139

Dr. Gomez Chavez

Un episodio de la Biblia que me hace pensar, reír y cuestionar es el de Jonás, bueno la actitud de Jonás, o mejor dicho la acción que tomo con tal de esconderse de Dios. No sé si lo hizo consciente, deliberadamente, o simplemente olvido el hecho de que Dios todo lo sabe, Dios está en todo lugar, Dios todo lo ve, y que no hay nada que nosotros podemos hacer que él no lo sepa. En fin, me refiero al momento cuando Jonás decide desobedecer a Dios al no ir a predicar a Nínive, pues no le agradaba la idea de predicar salvación a sus enemigos.

Lo más atractivo del caso es que Jonás quiso esconderse de la presencia de Dios el buscar el lugar más oculto de todo el barco que lo llevaba Tarsis en dirección opuesta de Nínive. Dice Jonás 1:3 “entro en ella (la nave) para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová”. Luego dice el v. 4 “Pero Dios hizo levantar un gran viento en el mar….” ¿Sabia Dios que Jonás iba en ese parco? Claro que sí. ¿Qué paso con Jonás, se fue para Tarsis consciente que se estaba alejando de la presencia de Dios? Es probable que manera el concepto que la presencia solo estaba en Jerusalén, y que al alejarse de ese lugar, se alejaría de Dios. Si fue así, hoy Jonás se da cuenta de la gran verdad teológica de que Dios es omnipresente, omnisciente, omnipotente, que está en todo lugar, que sabe todo lo que el hombre hace, y que nadie puede esconderse o alejarse de su presencia.

Saber esto de que Dios sabe todo de nosotros, nuestro presente y futuro es halagador, pero también retador, porque no podemos ni intentar tratar de hacer algo sin que Dios no lo sepa de antemano, sea esto malo o sea esto bueno. Esto es lo que el Salmista expresa con lujo de detalles en el salmo 139. Dios conoce el pasado, el presente y el futuro del salmista y del tuyo también. A Dios lo sorprendes con nada, porque él conoce nuestro camino o la manera como nos conducimos. Es más, antes de que nosotros pronunciemos una palabra, ya Dios la conoce anticipadamente, y así pasa con nuestros pensamientos y sentimientos y ya no digamos con nuestras acciones.

Es por esta razón que el salmista dice, “tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí, alto es, no lo puedo comprender”. Surge de inmediato una pregunta retorica, ¿A dónde me iré de tu presencia? A ningún lado, pues en todos lados esta Dios, y sabe lo que hará, donde, con quien, la manera, la hora…. Luego el salmista menciona los lugares y las acciones más imposibles de llegar humanamente, pero lo dice, para enfatizar que aun en esos lugares imposibles para el hombre, aun allí esta Dios porque él es Omnipresente y Omnipotente.

Nuevamente, saber estos atributos de Dios es halagador y alentador porque ese Dios tan grande y poderoso es nuestro Dios, amigo, protector, consejero, ayudador, nuestro sumo sacerdote que nos defiende y nos ayuda. Es confortante saber que el Dios que es nuestro Dios lo sabe todo, lo puede todo, y nada se le escapa. Estamos totalmente protegidos, seguros con su presencia y su potencia. Él ha prometido y se ha comprometido ayudarnos, cuidarnos, y protegernos de todo, si absolutamente de todo. Amen, gracias a Dios por ello. Sin embargo, todo lo que tú haces, lo que piensas hacer, todo lo que ti sientes y piensas sentir, todo lo que tú haces, o intentas hacer, todo eso no es desconocido para Dios y te deja hacer aun cuando esto es malo, pero luego te confronta y te disciplina y te deja las consecuencias para que aprendas.

La mejor decisión es pensar, sentir y hacer solo lo que Dios aprueba y que le agrada porque eso es lo que nos beneficia espiritual, familiar y materialmente. No vallamos a lugares que atenta contra nuestra fe, no estés con personas que ponen en riesgo tu relación con Dios y tu fe en Dios, por favor no hagas nada su sientes duda de que lo que harás no lo aprueba Dios, la Biblia y la fe que profesas, porque eso es pecado.

Apégate a vivir conforme a lo que la Biblia dice aun cuando no la entiendas toda, pero es mejor obedecer lo que es verdad en vez de hacer aquello que tú apruebas con tu razón que es bueno. Sométete al control del Espirita y deja que él te dirija a pensar, sentir y hacer lo que agrada a Dios y está de acuerdo a la voluntad de Dios, al amor de Dios y a la misión de Jesús. Recuerda, todo lo que tú haces, Dios ya lo sabes, y si es malo lo que haces, Dios te confrontara, y tendrás que pagar por lo que haces.

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